¡Hola a tod@s!
Hoy me gustaría seguir hablando de las novelas, en concreto, de su extensión. Creo que es muy importante que un libro cuente con un grosor adecuado a la historia que quiere contar. Me explico. En ocasiones, he leído novelas en las que tenía la sensación de que el desenlace de la trama tardaba demasiado en llegar, resultándome algo pesada la historia. En mi humilde opinión, puede que ocurriera porque no se había planteado de la mejor manera su desarrollo, o bien, porque se intentaba alargar algo que podría haberse plasmado en menos capítulos, y de una forma tal vez más amena e intensa.
Esto fue lo que me pasó con otra de las obras de Nicholas Sparks: "La boda". Creo que es el libro que menos me ha gustado de todos los que he leído de él -independientemente de que terminase emocionándome, porque tiene un final muy especial-. No obstante, lo terminé por aquella manía -que ya os he contado en alguna ocasión- de no querer dejar una novela a medias. Desde mi punto de vista, la verdad es que creo que alargó de forma innecesaria la historia que, como digo, es preciosa; pero quizás demasiado lenta y obvia. De todos modos, las críticas que encontraréis de este libro son muy buenas, porque está bien escrito y llega al corazón; pero no lo pondría de los primeros que recomiendo de este escritor.
Volviendo a la extensión de las novelas; como ya sabéis, existen de todo tipo. En general, se entiende por novela estándar aquella que se sitúa entre las 50.000 y las 120.000 palabras. Por debajo de este intervalo se podría considerar una novela corta; aunque existen muchas discrepancias sobre este tema. Además, debemos señalar que cada género tiene más o menos una longitud determinada. Por ejemplo, la novela adolescente, o juvenil, ronda entre las 50.000 y 90.000 palabras; la novela romántica puede ir desde las 50.000 hasta las 100.000 palabras; y el género de novela más extenso sería el de la novela histórica y la novela fantástica o de ciencia ficción, que va desde las 90.000 hasta las 120.000 palabras. Aunque, como digo, son datos aproximados; sin querer llegar a entrar en libros excepcionales. Como sería, por ejemplo, la obra sobre el famoso "Don Quijote de la Mancha".
Debemos tener en cuenta que siempre que hablemos de la extensión de una novela -sobre todo a la hora de escribirla- nos referiremos al número de palabras, y no de páginas; pues las páginas son orientativas, porque depende mucho del formato del libro, del tipo de letra, etc. Además, la extensión tendrá consecuencias sobre el número de personajes, los escenarios, y las tramas que vayan sucediendo en la historia. Es decir, si quisiéramos escribir un libro en el que intervienen pocos personajes donde existe una trama concreta, la longitud del mismo puede que no coincida con los intervalos mencionados anteriormente. Sin embargo, no por eso debemos alargar la historia sin más. En este caso, si queremos que tenga una mayor extensión, se recomienda introducir subtramas con personajes nuevos, o bien, dejar la novela tal y como está, porque esa es nuestra historia, y puede tener cabida en el mercado perfectamente. También podríamos hablar de la extensión que piden las editoriales a la hora de presentarles una obra, pero creo que aquí nos adentraríamos en un debate distinto que se alejaría un poco del tema al que nos referimos hoy.
Por otro lado, ¿creéis que un porcentaje para decidir o no leer un libro depende de su extensión? Quizás, cuando somos pequeños, y sobre todo los no aficionados a la lectura, en el momento que nos daban la oportunidad de elegir el libro que queríamos leer, tal vez nos decantábamos por "el que tenía menos hojas". No obstante, ¿pensáis que una novela corta se vende más que una larga? ¿Tenéis en cuenta el tamaño de un libro a la hora de comprarlo?
Desde mi punto de vista, creo que lo más importante es el género al que pertenezca y, sobre todo, quién lo haya escrito -quizás esto sería lo principal-. En general, creo que la gente que quiere leer un libro busca una buena historia, sin importarle lo larga que esta sea. Además, el problema de los libros gordos recaía en el hecho de ser pesados a la hora de llevarlos de viaje; sin embargo, con el formato digital, este impedimento ha desaparecido.
Por lo tanto, si escribimos una novela, creo que debemos tener en cuenta que su extensión deberá ajustarse, como he dicho antes, a la historia que queremos contar; siendo interesante para ello, también, valorar el género del que se trate, pero sin que sea un obstáculo para que esa trama lleve su propia esencia y se desarrolle de una forma natural. No obstante, lo bonito es crear una historia que cautive a los lectores y que sea capaz de engancharlos hasta el final; sin sentir esa necesidad de estar mirando lo que queda para terminarla de leer, por muchas palabras que contenga nuestro libro.
¡Hasta el lunes que viene! Gracias por estar ahí.
¡Feliz semana!
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