¡Hola! ¿Cómo estáis?
Hace unos días comencé a leer uno de los
libros de Nicholas Sparks: Un mundo de
ensueño –ya lo nombré en su día,
cuando me lo regalaron, pero aún no lo había empezado–. A parte de esta
novela, también he empezado la trilogía Tal
vez, de Colleen Howeer. Y este fin
de semana he escuchado un audiolibro del que os hablaré la próxima semana.
Lo cierto es que, normalmente, suelo leer a
la vez, como mucho, dos libros, y los voy alternando. Sin embargo, esta vez he
llegado a tener entre manos, al menos dos días seguidos, cuatro libros a la vez
–todavía no he terminado el caso de Toni Galán, novela de Luis A. Santamaría–,
pero como os digo, el audiolibro lo devoré en dos días.
Algunos recomiendan no leer a la vez más de tres libros porque se cree que se confunden personajes, tramas… pero esto no es cierto. Cuando nos metemos en cada una de las historias el cerebro sabe perfectamente dónde estamos, incluso a la hora de leerlas la propia mente nos empuja a seleccionar una u otra según nuestro estado de ánimo.
Además, en caso de querer alternar diferentes novelas, se dice que lo interesante es elegir diversos géneros para evitar lo que he comentado, aunque también se aconseja hacerlo para disfrutar más de la lectura y que no nos resulte monótona. No sé si estoy muy de acuerdo con esta afirmación ya que, aunque la novela romántica al fin y al cabo parta de la misma base, ninguna historia es igual a otra. No obstante, podría coincidir con los que afirman que el sumergirse en diferentes historias procedentes de géneros distintos, puede hacer que la lectura sea más emocionante y enriquecedora.
Por otro lado, tal y como os decía antes, también se cree que comenzar varios libros a la vez puede ser un desafío para la concentración y la atención. Los lectores que lo hacen pueden encontrar que se pierden en la trama de un libro y luego se desconectan cuando cambian a otro. La falta de enfoque tal vez les lleve a una experiencia de lectura superficial y poco gratificante. Aquí es donde yo discrepo ya que, normalmente, cuando estoy con varias novelas, leo cada una de ellas en formatos diferentes -creo que es algo importante-, según dónde me encuentro, y esto hace que las relacione con distintos momentos del día.
Es cierto que suelo leer más en digital, pero con el buen tiempo prefiero la lectura tradicional, y por ejemplo la de Colleen Howeer la estoy leyendo en papel –que me gusta hacerlo tomando el sol ahora en verano–; la de Nicholas Sparks la estoy leyendo
en digital –aprovechando algún momento a lo largo
del día–; y luego a parte están los audiolibros, que los voy escuchando mientras
hago tareas del hogar o salgo a pasear –ya os hablé en su día sobre las ventajas de los
audiolibros, aquí os dejo el enlace a
la entrada por si la queréis leer–.
Al fin y al cabo, creo que la clave está en
encontrar esas historias que nos hagan llegar a un punto de equilibro entre la
variedad y el enfoque, pudiendo establecer metas y prioridades para cada libro,
creando un plan de lectura que nos permita disfrutar de cada historia justo en
el momento idóneo en el que nos proporcionen una mayor satisfacción.
¿Y vosotros? ¿Comenzáis varios libros y vais
alternando o, por el contrario, no comenzáis uno nuevo hasta no haber terminado
el que lleváis entre manos?
Por hoy me despido. Gracias por estar ahí.
Hasta el
martes que viene. ¡Feliz semana!
P.D: Nunca
dejéis de soñar.
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