lunes, 18 de julio de 2022

EL TRANSCURSO DE UNA NOVELA

     ¡Hola a tod@s! 

    Como ya sabéis, a la hora de escribir una historia es importante que tengamos en cuenta una serie de características para dar sentido a lo que queremos contar. Hemos hablado en alguna ocasión de los personajes, del tipo de narrador, del género literario... Pero, existen también determinados recursos que debemos utilizar para que la trama tenga sentido y sea más atractiva para el lector. Entre los más importantes destacamos la ambientación, es decir, recrear el mundo que rodea al protagonista, teniendo claro el transcurso de nuestra novela. Es imprescindible explicar lo que les ocurre a los personajes, pero debemos especificar también dónde se encuentran y cuándo están sucediendo esos acontecimientos concretos para darles veracidad y crear emoción. De esta manera, construiremos un vínculo con el lector que hará que se crea la historia que estamos contando, y que quiera seguir hasta el final para saber cómo termina.

    No obstante, estos datos son básicos para dar esa credibilidad tan necesaria. Sin embargo, creo que hay que tener cuidado, sobre todo, con el año en el que basamos nuestra novela, es decir, analizar muy bien "cuándo transcurre". Por ejemplo: ¿os habéis planteado alguna vez cuándo aparecieron los primeros teléfonos móviles en España? ¿Y cuándo empezó a utilizarse Internet como medio de comunicación? ¿Y las redes sociales? Dependiendo del modo que se relacionen nuestros personajes en la historia, tendremos que analizar este tipo de detalles y barajar un año u otro para que transcurra nuestra novela. Ya que no será en absoluto viable que el protagonista envíe un wathsapp con su teléfono móvil en los años noventa.  

    En general, nos hemos familiarizado tanto con las tecnologías que nos rodean que quizás tengamos la sensación de que llevan con nosotros mucho tiempo; pero no hace tanto que utilizamos los móviles del modo que lo hacemos hoy en día. Estos datos, cuando vamos a escribir una historia, como digo, son muy importantes, y debemos tenerlos en cuenta si queremos que nuestra novela funcione. Por poner otro ejemplo, si estamos escribiendo una novela histórica, basada en el siglo XII, no podemos introducir un ordenador portátil como medio de trabajo de uno de los personajes en aquella época; aunque la trama en sí sea totalmente inventada deberemos respetar su "ambientación". De lo contrario, no será creíble y más bien se convertirá en un fiasco para el lector. 

    Además de estos detalles, que creo que son lógicos e imprescindibles a la hora de construir una historia sólida, quiero ir un poco más allá y plantear otro tipo de dilema, que creo que sería interesante para un debate: ¿Os imagináis leer o escribir una novela que transcurra en el año 2020 y que cite el mes de mayo, por ejemplo, como el preferido por el protagonista porque fue cuando pudo viajar a otro lugar y conocer a su gran amor? ¿Creéis que basarse en ese mes y en ese año en concreto -teniendo en cuenta que coincide con los meses de confinamiento debido a la pandemia que nos ha tocado vivir- le quitaría fuerza y credibilidad a la historia? 

    Está claro que cuando nos sumergimos en una novela tratamos de evadirnos de la realidad que nos rodea y, aunque la historia que estamos leyendo transcurra durante el año 2020, quizás no pensemos en que fue "el año del confinamiento" y del "estado de alarma". Sin embargo, a la hora de escribir, yo trato de evitar basarme en estos años de la pandemia porque pienso que le restarían fuerza a la historia; salvo que realmente quiera escribir sobre este tema, como hice con el relato "Amor callado" -os dejo el enlace por si no lo habéis leído-, que de forma necesaria tenía que hacer referencia a esas fechas. 

    ¿Vosotros qué pensáis? ¿Se deberían evitar escribir historias que transcurran durante la época más dura de la pandemia, o cuando se trata de ficción no importan este tipo de detalles?

    ¡Hasta el lunes que viene! Gracias por estar ahí.

    ¡Feliz semana!

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