lunes, 21 de marzo de 2022

LOS LIBROS DE NUESTRA INFANCIA...

    ¡Hola a tod@s! ¿Cómo estáis?

    En la entrada de hoy me gustaría hablar de los libros de nuestra infancia; esos que recordamos con un cariño especial. Quizás muchos de ellos los tuvimos que leer por obligación, pero aún así, estoy segura de que vosotros también sentiréis una especie de nostalgia si pensáis en las típicas historias que "nos hacían leer" de pequeños -y no tan pequeños-. (He de decir que me encantaba leer -como a la mayoría de los niños- los típicos cuentos de Disney: "La Cenicienta", "La Bella y la Bestia...", pero me gustaría referirme a una editorial que seguro os resultará familiar). Creo que todos la recordaréis; no sé por qué, pero era común en aquellos años -y creo que en los colegios lo sigue siendo a día de hoy-. Me estoy refiriendo, en especial, a las colecciones de la editorial del "barco de vapor", ¿os suena?

    Lo cierto es que cualquier lugar era idóneo para leer un libro. Recuerdo que en algunas ocasiones me sentaba en el pórtico de la ventana -en aquellos años no existía el vértigo- y, otras veces, leía en lugares tan simples como en la cama o en el sofá del comedor. Además, recuerdo que cuando iba a la playa de vacaciones siempre me llevaba un libro para leer; y al tiempo que leía, iba sintiendo cómo me venía esa inspiración que siempre me ha estado acompañando desde pequeña. Entonces, me daba por escribir pequeños fragmentos que podían convertirse después en mini-historias, o bien, en frases sueltas que acababan en el fondo de algún cajón o incluso en la basura. De todos modos, no sé lo que tenían aquellos libros, pero lo cierto es que creo que en todos nosotros nos provoca una sonrisa al pensar en ellos; sobre todo, esta colección en concreto. No importa el título que nos digan -cada uno de nosotros supongo que recordaremos uno diferente-, pero el oír esta editorial hace que reaccionemos todos de forma común, es decir, sonriendo, que de alguna manera es así como se representa en nosotros aquella nostalgia de la que hablaba antes. 

    Es muy curioso pensar en cómo hace años un simple libro podía hacernos compañía, y nos llevaba a vivir aventuras en las que nos creíamos nosotros los protagonistas. En mi opinión, creo que hoy en día esto se está perdiendo. Antes hacía ilusión que nos regalasen un libro -he de decir que a mí me la sigue haciendo-, era incluso bonito; pero a día de hoy esto no se aprecia de igual manera. Estos pequeños detalles son insignificantes; la sociedad se ha hecho a otras costumbres, otras formas de vivir y de disfrutar de esos años de juventud que no volverán... 

    A pesar de que los tiempos han cambiado, creo que es necesario recordar lo felices que éramos con mucho menos de lo que existe hoy en día. Donde éramos felices tanto leyendo un libro, como saltando a la comba o jugando al escondite. Sería maravilloso poder recuperar aquellas costumbres, y, sobre todo, recordar lo bonito que era que un libro formara parte de nuestra cultura y que nos hiciera sonreír. Esa sonrisa que aún hoy nos acompaña al pensar en aquellas pequeñas historias juveniles que nos entretenían, y que formaron parte de nuestra niñez y, por tanto, de nuestra vida. 

    Son varios los libros que por aquellos años podría decir que se convirtieron en mis aliados; es imposible pensar en aquella edad sin uno entre mis manos. Sin embargo, hay uno en concreto que recuerdo a la perfección, se titulaba: "Rosa, mi hermana Rosa". Sé que si lo leyera hoy en día no sentiría lo mismo que sentí entonces, y esa es la razón por la que no he vuelto a leerlo. Me gusta quedarme con esa magia que solo sentimos a tan temprana edad, y me gusta que siga despertándose esa común sonrisa cuando pienso en este libro.

    ¿Y vosotros? ¿Con qué libro sentís esa nostalgia infantil que, sin poder evitarlo, despierta esa sonrisa al pensar en estos entrañables recuerdos?

    ¡Feliz semana!

2 comentarios:

  1. Excelente entrada Criss, me recuerda a la niñez.
    En mi caso eran las joyas literarias juveniles que eran unos libros en forma de comic de clásicos de aventuras para lectores infantiles y juveniles y también leía los tebeos. En aquél entonces no los comprábamos si no que por una "perra gorda" (10 céntimos de peseta) los alquilabas. Por aquél entonces la economía no daba para más, pero éramos felices con lo que teníamos.
    Hay que ver cómo ha cambiado la vida...
    Gracias por esta entrada y sigue así de bien.
    Un abrazo

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    1. Me alegro de que te haya gustado la entrada de esta semana y que recuerdes esos divertidos libros de la infancia... Muchas gracias por escribir y, sobre todo ¡por leerme! ¡Un abrazo!

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